Costa Rica, más de 250 guardas de seguridad privada han perdido su empleo debido a la demora en la renovación de las licencias de operación de las empresas para las que trabajan. Este fenómeno, que ha afectado gravemente la estabilidad laboral y económica de cientos de familias, es al parecer el resultado de un sistema burocrático desbordado por las dificultades que los tramitadores y las empresas de seguridad privada deben enfrentar para cumplir con los requisitos establecidos por RACSA, a través del Control PAS, y cuyo paso es clave en el proceso de renovación de permisos y licencias.
Desde hace algunos meses, los tramitadores encargados de gestionar los permisos han reportado obstáculos inusuales y constantes retrasos, los cuales no solo afectan a los guardas de seguridad, sino también a las familias que dependen de sus ingresos. Los problemas no se limitan a la acumulación de trámites, sino que también se han identificado fallas en la carga de documentos en los sistemas, con errores técnicos y dificultades operativas que han paralizado procesos claves como la verificación de antecedentes y la validación de permisos, así lo contó Lucia, una de las tramitadoras que ha vivido este calvario.
A veces el sistema te permite cargar los documentos pero no los valida correctamente, otros ni siquiera puedes ingresar al portal; nos dicen que la culpa es del sistema pero no vemos a nadie haciendo algo al respecto". señaló una tramitadora de licencias y portación de armas.
En muchos casos, los tramitadores han tenido que lidiar con una cadena interminable de explicaciones y desvíos, pues las autoridades se han "pasado la bola" unas a otras, sin asumir la responsabilidad de una solución rápida y efectiva. Mientras tanto, las empresas de seguridad privada enfrentan una situación límite: si no logran renovar sus licencias, el despido de miles de guardas será inminente.
Testimonios
Noticias RED CR ha recibido más de 120 denuncias de ciudadanos preocupados por esta situación. En nuestros primeros encuentros con los guardas afectados, muchos expresaron su frustración por no poder cumplir con sus responsabilidades laborales debido a la falta de permisos renovados. Algunos testimonios reflejan el dolor y la incertidumbre que viven muchas familias.
Llevo meses esperando la renovación de mi permiso de portación de armas, pero me dicen que el sistema está caído, que hubo problemas con mi firma o que mi trámite aún no ha sido procesado. Vivo al día, preocupado, y ahora me siento atrapado sin saber si podré seguir trabajando. Todo esto afecta a mi familia". Carlos, guarda de seguridad con más de 10 años de experiencia.
Posibles irregularidades y señales de corrupción
Si bien en un principio se atribuyó el caos al exceso de trámites burocráticos y a fallos técnicos, otras versiones sugieren que podría haber algo más que una simple ineficiencia en el sistema. Algunos denunciantes mencionan que ciertas empresas de seguridad privada habrían experimentado "tratos preferenciales" o habrían obtenido beneficios al evadir pasos del proceso, lo que genera sospechas de posibles irregularidades en la gestión de permisos.
El impacto de esta crisis no solo se limita a las familias de los guardas. Empresas que dependen de la seguridad privada también están sufriendo pérdidas económicas y enfrentan la disyuntiva de cómo reactivar sus operaciones sin contar con el personal adecuado. Mientras tanto, los ciudadanos comunes también se ven afectados por la escasez de personal de seguridad, lo que pone en peligro la protección de muchos hogares.
La responsabilidad del gobierno y las autoridades
La principal cuestión que plantean los expertos y los involucrados es por qué este problema persiste sin una respuesta clara de las autoridades encargadas. El sistema de trámites debería ser una herramienta eficiente, pero en lugar de eso se ha convertido en un obstáculo, provocando el cierre de empresas y la pérdida de empleos.
Las autoridades gubernamentales, han señalado que están "en proceso de evaluación" de los procedimientos, pero aún no han dado una solución concreta ni una fecha precisa de resolución. La falta de coordinación entre las entidades responsables, junto con la sobrecarga de trámites y la aparente falta de capacitación de los funcionarios encargados, han contribuido a este colapso.
El futuro de la seguridad privada
La situación es alarmante, y la incertidumbre persiste. Sin embargo, la solución parece simple: un sistema más ágil, un compromiso de las autoridades con la mejora de los procesos y, sobre todo, una respuesta rápida para evitar que más familias sufran las consecuencias de esta crisis. Las autoridades deben priorizar este tema antes de que se agrave aún más y cause una mayor inestabilidad en el sector de la seguridad privada.
En el próximo capítulo de nuestra investigación, continuaremos analizando las posibles soluciones y los caminos que las autoridades pueden tomar para resolver esta crisis, con el fin de restaurar la confianza en los sistemas y garantizar la estabilidad laboral y la seguridad de los ciudadanos costarricenses.
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