Una intervención quirúrgica multidisciplinaria permite atender una condición poco común que presentan algunas embarazadas en el hospital San Juan de Dios, beneficiando a nueve mujeres en los últimos 4 años.
Se trata de una cirugía que se efectúa en aquellos casos en los cuales las usuarias presentan acretismo placentario, condición que consiste en la adherencia anormal de la placenta al útero.
En dicha intervención, adicional a la cesárea, se realiza una histerectomía que consiste en la extracción del útero con el mínimo riesgo posible de sangrado. Participan de manera multidisciplinaria los servicios de Obstetricia, Banco de Sangre, Urología, Vascular Periférico, Anestesiología y Neonatología. Esto permite una atención integral, coordinada y programada a las pacientes que así lo requieren.
Para Joaquín Bustillos Villavicencio, jefe del servicio de Obstetricia, este tipo de intervención disminuye el riesgo de complicaciones serias. “Hacer el diagnóstico antes para programar una cesárea y luego una histerectomía para evitar que ese sangrado sea masivo y complique a la paciente, incluso, la pongan en peligro de muerte”, comentó.
El especialista añadió que este tipo de condición requiere ser diagnosticadoidealmente desde la mitad del embarazo.
Por otra parte, José Rojas Vásquez, jefe de clínica del servicio de Cirugía Vascular, enfatizó que, desde esta especialidad y de manera multidisciplinaria, se procura que la paciente no presente hemorragias excesivas que puedan afectar su condición de salud.
Se considera importante mencionar que, inicialmente, en esta operación se requiere que los urólogos coloquen catéteres por medio de un procedimiento radiológico para referir los uréteres a través de la vejiga. Seguidamente, con el objetivo de controlar el sangrado, el servicio de Vascular Periférico ubica un tipo de “balón” en arterias claves que irrigan al útero.
Posteriormente intervienen los ginecoobstetras y, tras nacer el bebé, los especialistas en vascular periférico inflan los balones para ocluir el paso de la sangre para las piernas y disminuir el flujo de sangre hacia la pelvis. De este modo, durante la intervención, según el sangrado, inflan y desinflan los balones colocados.
Aunado a lo anterior, los neonatólogos se hacen presentes en la cirugía para dar seguimiento y atención especializada al bebé.
Este tipo de condición se detecta por ultrasonido prenatal y en el rango de 34-36 semanas de gestación el equipo multidisciplinario realiza la debida programación.
Anualmente, el centro médico atiende alrededor de 3 500 pacientes en labor de parto.
Imágenes cortesía de la CCSS