Estados Unidos ha incautado el avión presidencial de Nicolás Maduro, marcando un nuevo capítulo en la tensa relación entre Washington y Caracas. Esta acción, realizada este lunes, fue una medida en respuesta a la violación de sanciones impuestas por EE.UU. y otros presuntos crímenes asociados. La aeronave, que se asemeja al Air Force One venezolano, ha sido trasladada a Florida y está en el centro de una investigación más amplia sobre corrupción en el gobierno venezolano.
Este incidente es parte de una serie de medidas que Estados Unidos ha tomado contra el régimen de Maduro, en medio de una crisis migratoria que ha visto a millones de venezolanos huir hacia la frontera con México. La administración estadounidense ha estado trabajando para interrumpir el flujo de recursos hacia el gobierno venezolano, llevando a la confiscación de numerosos bienes de lujo, incluidos vehículos y caballos de alto valor.
Incautar el avión de un jefe de Estado extranjero es un hito en asuntos criminales. Estamos enviando un mensaje claro de que nadie está por encima de la ley, nadie está fuera del alcance de las sanciones estadounidenses".
La incautación se realizó con la colaboración de varias agencias federales, incluyendo el Departamento de Seguridad Nacional, el Departamento de Comercio, la Oficina de Industria y Seguridad y el Departamento de Justicia. Además, se contó con la cooperación de la República Dominicana, que notificó a Venezuela sobre el proceso.
A partir de ahora, EE.UU. procederá con la solicitud de confiscación oficial del avión, dando a Venezuela la oportunidad de responder y solicitar su devolución. Este evento ocurre en un contexto de creciente presión sobre el gobierno venezolano, especialmente en torno a la transparencia electoral y la legitimidad de las elecciones presidenciales recientes.
Foto con fines ilustrativos
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