En una nueva táctica para evadir el monitoreo de la Fuerza Pública, los mineros ilegales de Crucitas han comenzado a sumergir sus equipos de minería en cuerpos de agua. Este cambio en la estrategia se debe al intenso patrullaje terrestre y aéreo que ha llevado a las autoridades a intervenir en los talleres de fabricación de estos equipos, conocidos como "tómbolas".
Las tómbolas, valoradas en alrededor de tres millones de colones, son esenciales para separar el oro de la tierra y las piedras. La intervención reciente de la Fuerza Pública había reducido significativamente el número de estas máquinas disponibles, provocando una escasez que ha llevado a los mineros a ocultar sus equipos en riachuelos, lagunas y quebradas.
A pesar de los esfuerzos por esconder las tómbolas, la estrategia no ha sido completamente efectiva. Recientemente, la Unidad de Intervención Policial de la Fuerza Pública recuperó dos tómbolas sumergidas en una laguna, y durante la semana pasada, el Grupo de Apoyo Operacional encontró otras dos en una quebrada. Además, las autoridades han notado que las nuevas tómbolas son más pequeñas, lo que facilita su ocultamiento en áreas reducidas.
Este persistente desafío demuestra la adaptación continua de los mineros ilegales frente a las medidas de seguridad, mientras las autoridades intensifican sus esfuerzos para combatir la minería ilegal en la región.
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