A medida que se perfora en el suelo, el porcentaje de oxígeno en el aire atrapado en las cavidades subterráneas tiende a disminuir con la profundidad, así lo explicó Luis Estrada, paramédico y experto en espacios confinados a Noticias Red Digital.
1. **Falta de circulación de aire**: En profundidades mayores, hay menos intercambio de aire con la superficie, lo que puede reducir el contenido de oxígeno.
2. **Consumo biológico**: Microorganismos en el suelo pueden consumir oxígeno para respirar, lo que también reduce su concentración a medida que se desciende.
3. **Descomposición de materia orgánica**: La descomposición de material orgánico por microorganismos puede agotar el oxígeno disponible en el subsuelo.
(La disminución del porcentaje de oxígeno no es uniforme ni constante y depende de factores como el tipo de suelo, la presencia de agua subterránea, la actividad biológica y la profundidad específica).
Es necesario el monitoreo constante de los gases y el uso de ventilación mecánica para mantener niveles adecuados de oxígeno.
Para mantener niveles adecuados de oxígeno, normalmente queremos asegurar que el aire en el pozo se renueve a una tasa que mantenga el contenido de oxígeno cercano al 21%, que es el nivel atmosférico estándar.
En espacios confinados, la tasa de ventilación recomendada puede variar, pero como referencia, es común proporcionar al menos de 6 a 12 renovaciones de aire por hora para mantener la calidad del aire y prevenir la acumulación de gases peligrosos.
En una perforación en el suelo, la temperatura generalmente aumenta con la profundidad debido al gradiente geotérmico. Esto equivale a un aumento de aproximadamente **0.025 a 0.03 grados Celsius por metro** perforado.
Es importante monitorear el nivel de oxígeno en el pozo con un detector de gases para ajustar la tasa de ventilación según sea necesario.
La ventilación debe ser continua para compensar cualquier consumo de oxígeno o acumulación de otros gases.
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