Este domingo 28 de julio, Venezuela se prepara para una jornada electoral que podría marcar un punto de inflexión en la política del país. Las últimas encuestas sugieren que la oposición, encabezada por Edmundo González, tiene una posibilidad real de desafiar y posiblemente desbancar a Nicolás Maduro, quien ha estado en el poder desde 2013 tras la muerte de Hugo Chávez.
En un reciente mensaje en vídeo, Maduro advirtió que una victoria de González podría desencadenar “un baño de sangre” o una “guerra civil fratricida”, avivando temores sobre la estabilidad del país. Esta situación ha generado preocupación en la comunidad internacional y agitado el panorama político regional.
Líderes latinoamericanos han hecho llamados para que Maduro respete las reglas democráticas.
Gustavo Petro, presidente de Colombia, ha subrayado la importancia de que Venezuela regrese a una “democracia liberal”.
Venezuela toma decisiones democráticas, cualquiera que sea su voluntad será respetada por mi gobierno".
Lula Da Silva, el presidente de Brasil, ha fijado una línea clara.
Cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas”.
Alberto Fernández, expresidente de Argentina, también ha instado a Maduro a aceptar los resultados si es derrotado.
Si es derrotado, lo que tiene que aceptar. Como dijo Lula, el que gana, gana y el que pierde, pierde. Así es la democracia, yo no voy a legalizar a nadie. Voy a hacer lo que me pidieron, ser veedor en una elección y ver que todo funcione bien”.
Sin embargo, el gobierno de Nicolás Maduro le retiró la invitación como observador de las elecciones, acción que han ejercido con representantes de otras naciones.
Si Edmundo (González) gana, entregamos y seremos oposición, listo".
Declaraciones similares a las emitidas por el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López dijo que aceptará la decisión del pueblo.
El que ganó a montarse encima de su proyecto de gobierno y el que perdió que se vaya a descansar".
Fotos con fines ilustrativos
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