En un giro político sorpresivo, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, decidió levantar la ley marcial que había implementado horas antes, luego de que el Parlamento, donde la oposición tiene mayoría, se pronunciara en contra de esta medida. El mandatario había decretado el estado de emergencia bajo el argumento de proteger al país de amenazas provenientes del régimen comunista de Corea del Norte.
La decisión de Yoon, tomada en medio de un conflicto con la oposición sobre el presupuesto, provocó una gran preocupación tanto a nivel nacional como internacional. Especialmente, los Estados Unidos, aliado estratégico de Seúl, expresaron su inquietud por la falta de notificación previa y el impacto de esta medida en la estabilidad política de la región.
En un mensaje televisado, Yoon Suk Yeol informó que acataría la petición de la Asamblea Nacional y retiraría a los militares desplegados, señalando que la ley marcial sería levantada en una reunión del gabinete. Esta es la primera vez en 40 años que Corea del Sur aplica una ley marcial, lo que hace aún más relevante la decisión de su revocación.
La noticia fue recibida con celebraciones por parte de los manifestantes que se habían reunido frente al Parlamento, después de una jornada de tensiones que incluyó el despliegue de tropas. Aunque la medida fue rechazada por el Legislativo, la situación dejó en evidencia las tensiones políticas internas y la necesidad de encontrar un consenso entre el gobierno y la oposición.
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