Con el retorno de un gobierno republicano en Estados Unidos, las tensiones sobre Venezuela se renuevan. La reelección de Nicolás Maduro para un tercer mandato (2025-2031) enfrenta denuncias de fraude por parte de la oposición, liderada por María Corina Machado, quien ha proclamado como ganador al exiliado candidato Edmundo González Urrutia, actualmente en España tras una orden de captura. Machado se compromete a ser un "aliado confiable" para la nueva administración estadounidense en su lucha contra el chavismo.
La llegada de Trump a la presidencia ha sido celebrada por la diáspora venezolana, que ve en él la esperanza de un cambio político en Venezuela. Durante su primer mandato (2017-2021), Trump fue uno de los principales opositores de Maduro y no descartó opciones drásticas para destituirlo, incluidas sanciones severas y, en su momento, una advertencia de que “todas las opciones” —incluso la militar— estaban en evaluación.
Para muchos, Trump representa la posibilidad de repetir esta política de presión sobre el régimen venezolano, una estrategia que Maduro llegó a culpar por los problemas económicos que afectan al país. “Podría intentar replicar su estrategia en Venezuela, buscando por todos los medios desestabilizar el gobierno de Maduro”, analiza Vanda Felbab-Brown, politóloga del Brookings Institution en Washington, DC.
Foto NRCR