Dengue, una palabra que nos resulta muy familiar. Y es que desde 1993, Costa Rica ha experimentado brotes de esta enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
Este mosquito, con sus patas de rayas blancas y su tamaño inferior a 1 cm, llegó para quedarse, ocasionando que en algunos años la enfermedad apenas se manifieste con pequeños brotes, mientras que en otros genera grandes epidemias.
Desde el año pasado, las autoridades de salud alertan sobre un brote de dengue activo, al punto que, a setiembre de este año, la cifra de casos notificados por esta enfermedad alcanza los 31 357.
María José Rojas Salazar, de 25 años y vecina de Pavas, forma parte de esta estadística. La experiencia fue bastante dura, pues a los ocho meses de su embarazo le diagnosticaron dengue.
“Todo empezó con mi hermana y sobrinos quienes empezaron con fiebre. Ellos me decían cuídese, usted está embarazada, pero yo estaba muy tranquila y me dije no se trasmite de persona a persona y fue cuando bajé la guardia”, comentó.
La cadena de trasmisión se extendió y a los días su papá tenía dengue al punto que la alcanzó a ella también.
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