El viernes, un deslizamiento en una mina de Abangares, Guanacaste, resultó en una situación crítica para dos hermanos, José y Isaac Picado, quienes quedaron sepultados bajo varios metros de tierra. Los coligalleros de inmediato iniciaron la búsqueda de sus compañeros y con el apoyo de los cuerpos de rescate lograron encontrar y salvar a José, quien fue llevado a un centro médico para atención inmediata. Sin embargo, su hermano Isaac, quedó atrapado y su localización se convirtió en un esfuerzo de búsqueda arduo y continuo.
Durante cuatro días, rescatistas trabajaron sin descanso, enfrentando condiciones difíciles en el terreno. Finalmente, este lunes, se confirmó el hallazgo de un casco y momentos después la lamentable noticia del hallazgo de Isaac sin vida, luego que fuera arrastrado por la avalancha y sepultado por más de 20 metros de piedras y tierra. La noticia ha conmocionado a la comunidad local, que ha expresado su solidaridad con las familias afectadas por esta tragedia.
Los padres de estos hermanos, han agradecido el apoyo de los vecinos y de toda Costa Rica, señalando que todos los miembros de la familia se dedican a la minería como medio de trabajo para subsistir, asegurando que es la única opción de trabajo que consiguen en la zona.
Con este lamentable hecho, surge la necesidad de revisar y mejorar las medidas de seguridad en las operaciones mineras, dado que este incidente pone de manifiesto los peligros inherentes a este tipo de trabajo que ha cobrado la vida de muchos, como la de Isaac.
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