Un grupo de guardias civiles que fueron emboscados el 31 de mayo de 1985 donde murieron dos y resultaron gravemente heridos nueve de ellos, luego de que recibieron un ataque de mortero y con armas AK47 y RP7 desde territorio nicaragüense, llegaron a la zona donde se dio la balacera.
Los oficiales recorrían Crucitas, en tiempos donde la “Contra” nicaragüense intentaba derrocar a los sandinistas, quienes afirmaban que sus adversarios (Contra) eran asistidos desde suelo nacional por los nuestros, por lo que se dio el repentino enfrentamiento.
Las víctimas mortales fueron identificadas como Miguel Ángel Campos Carranza y Jorge Arnoldo Méndez Rivera, mientras que dos de los que lograron salir con vida, cuentan lo sucedido desde el monumento que hicieron por la memoria de los compañeros caídos.
El oficial Eliber González, recordó que pensaron que era el último día, tras ser herido con balas de grueso calibre en diferentes partes del cuerpo.
Mientras que Pedro Valle, otro de los sobrevivientes, agregó que pasaron momentos difíciles ya que en aquellos años pedir un refuerzo no era tan fácil como ahora.
El Capellán y Reservista de la Fuerza Pública, Adrián, dijo que está actividad sirva de motivación para las nuevas generaciones de policías que enfrentan un índice de criminalidad muy alta.
Son historias de valor y entrega, no podemos dejar pasar por alto el acontecimiento que marcó a muchos, fue un momento duro para la Fuerza Pública.